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VIAJEADENTRO

ASUNCION

Amo a Asunción

   como amo el recuerdo de tu cabellera azabache

   tu tez canela

   tu cuerpo esbelto

    tu forma de moverte

y tu acento rioplatense.

Recuerdo a Asunción

     como recuerdo aquella foto que me enseñaste que te tomaron en Montevideo cuando tenías cinco años 

     y aquello que me contaste de que eras la más morenita

de la casa

      y te decían con ternura

      el pancito acabado de salir del fogón.

Llevo a Asunción aquí, apretada en mi pecho, como

      te llevo a ti,

      y esta noche en la lejanía vuelvo a escucharte

      decirme que Onetti vivió la vida en pijamas

      te escucho ahora cuando me lees aquello

     que escribió  Onetti de que el hombre conoce a una

niña y se enamora y la pierde

      y pasa el resto de su vida buscándola.

No dejo de pensar en Paraguay,

       en aquel asado al que nos invitaron y como nos hicieron comer la cabeza de vaca que habían enterrado en un hoyo en la tierra

        y lo lindo que nos parecía escuchar a la gente hablar

guaraní

         y la música de arpas

y el viejo hotelito alemán donde nos conocimos, con las alfombras raídas y los muebles de madera oscura.

Amo aquellos días en Asunción

que pena que no fueron eternos

que pena, mi pancito acabado de salir del fogón, que no te dije que te quise tanto en Asunción

y que no sepas como te estoy queriendo ahora,

tanto tiempo después.

 25 de abril de 2007

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